Inicio de la Música en el Cine

Del cine mudo al cine sonoro

Nos situamos en el año 1895 en Francia, más concretamente en París. Un día muy especial para el mundo del cine porque los hermanos Lumière proyectaron las primeras imágenes en movimiento de la historia de la humanidad La salida de los obreros de la fábrica, menos de 60 segundos que marcaron un nuevo inicio.

Aunque os parezca extraño el cine mudo era algo alucinante, a pesar de que solo se empleaba la imagen y no existían sonidos sincronizados, ni diálogos. Es cierto, que en muchas ocasiones las películas estaban acompañadas por música en directo, donde solía tocar algún que otro pianista interpretando obras clásicas e incluso a veces haciendo sus propias improvisaciones. No se conoce exactamente el porqué de la música en vivo. Quizá era para disimular el ruido producido por el proyector, para hacer las películas más entretenidas o porque se tocaba música propia del romanticismo y así el cine era mejor acogido por las clases altas y aristócratas.

En 1927 se produjo un gran avance cinematográfico a través de la película de Alan Croisan, El cantor de jazz. A partir de esta obra comenzó la era del cine sonoro donde las películas se propagaban con música. Imaginaos, fue toda una novedad.

A pesar de esta evolución muchos directores continuaron rodando sus películas sin sonido puesto a que pensaban que el cine mudo era más que suficiente. Pero es cierto que, desde ese momento, se comenzaron a crear múltiples comedias musicales.

La película El cantor de jazz empleó un sistema sonoro denominado “Vitaphone” que quiere decir que la grabación del sonido era sobre un disco. La cinta en total tiene aproximadamente dos minutos de diálogo con sonido, donde la mayor parte, era improvisado. Sin embargo, el resto de la película fue subtitulada.

En 1925 ya había sido estrenada una versión anterior de este film, y en 1927, el cantante y actor Al Jolson fue el encargado de encarnar el papel protagonista.