Malher, 3ª Sinfonía

La sinfonía de un apátrida

En esta entrada voy a recomendaros una interesante audición: La 3ª sinfonía de Malher. Es verdaderamente brillante, muy larga, eso sí, con 6 movimientos o tiempos y una desproporción manifiesta entre el primero, muy extenso y los otros cinco. A Malher no parecía preocuparle mucho la ortodoxia tradicional de la estructura de la sinfonía; con sus cuatro tiempos más o menos equilibrados en duración y proporción. Fue innovador en ese sentido y sus obras son auténticos relatos, son novelas musicales.
Introduce, al igual que la 9ª de Beethoven, la participación de la voz humana. Así intervienen: una solista mezzosoprano, coros de niños y gran formación vocal mixta. Este aporte a la textura orquestal aparecerá el en IV movimiento y será u acicate, un aporte muy enriquecedor al conjunto de la obra, pues de repente algo nuevo sucede; timbres, color y emoción para el escuchante.
La instrumentación es vasta, sobredimensionada al estilo Wagneriano, las secciones de metales, vientos y percusión están muy reforzadas; podemos ver ocho trompas, seis trompetas, cinco trombones y dos tubas, por ejemplo, pero los demás grupos instrumentales deben estar en consonancia con la textura que ofrecen tales secciones, por lo que, la orquesta es imponente.

Os invito a que no perdáis ningún detalle de esta brillante obra de un Judío, luego cristiano, bohemio en Austria y austriaco en Bohemia o, apátrida, como él se veía. Un canto a la naturaleza, a los ecos místicos del alma en sus últimos movimientos, donde la trompa, instrumento que Malher apreciaba bastante, es la voz propia de esos sonidos de la naturaleza más espiritual. Prestad atención al VI movimiento, un adagio precioso que acaba de forma apoteósica, algo característico en este autor. En fin, usad algo de vuestro tiempo para escuchar esta extensa sinfonía, una de las más admiradas de Malher. Podéis hacerlo poco a poco y aguzad el oído.