De repente, se nos ocurre que es un buen momento para estudiar música o, simplemente, para aprender a tocar un instrumento musical, la ilusión de nuestra vida y que ahora, el tiempo disponible, nos lo permite. O puede que tengamos un hijo o una hija pequeña y queramos introducirles en el apasionante mundo de la música pero ¿y si no tenemos oído musical, algo que, en principio, puede resultar imprescindible?

Pero, ¿qué es el oído musical?

Realmente es la capacidad que tenemos las personas de dar un significado musical a las notas que escuchamos, de ser capaces de escuchar y comprender la música interiormente, además, guarda una estrecha relación con la memoria auditiva. En la mayor parte de los casos confundimos oído musical con oído musical absoluto – el de quienes tienen el privilegio de ser capaces de identificar las notas que escuchan sin ninguna referencia-. Salvo las personas que padezcan de hipoacusia, nacemos con oído musical más o menos desarrollado. Así que, este puede ser el momento de ponernos manos a la obra y de tratar de educarlo, de entrenarlo.

El sentido del ritmo y de la música es un instinto en las personas; el sentido del oído se empieza a desarrollar desde el vientre materno, a partir del cuarto mes de embarazo. Por ello es importante que las madres embarazadas les canten a sus bebés y que escuchen la voz y las resonancias vibratorias que estas producen. Además, podemos poner música: la música barroca, por ejemplo, se dice que les relaja y la de Mozart estimula las conexiones del cerebro.

Pero no es necesario que nos ciñamos a un solo tipo de música, podemos ampliarlo eligiendo para el bebé tiempos suaves y lentos. Y cuando nazca, seguir insistiendo; todo ello le ayudará a potenciar su oído además de otros efectos calmantes y de disfrute.

Igual que aprendemos a hablar, por imitación, podemos aprender a cantar, a tener más ritmo y cómo no, a entrenar el oído,  desde edades tempranas si imitan a mamá o papá. Y si queréis también les podéis hacer pequeños dictados musicales a modo de juego, como los de este ejemplo.

DICTADO MUSICAL

¿Y en los adultos?

En estos casos, lo mejor que se puede hacer es acudir a un profesional que nos indique por qué desafinas o dónde puede estar el problema por el que falles en determinados sonidos o notas y que te proporcione ejercicios que te ayuden a mejorar. Y hoy en día también podrás encontrar en la red algún ejercicio o App para mejorar en este sentido.

Lo que está claro es que, como decía en mi post anterior, existen diferentes tipos de inteligencias y cada uno nace más predispuesto para brillar en unos campos que en otros. Sin embargo, hemos de derribar el mito de que unas personas nacen con oído y otras no. Podemos nacer con oído absoluto o con la necesidad de entrenarlo pero todo es posible así que ánimo y a hacer realidad el sueño de ser músico, cantante, instrumentista….

                                                                                                                                                                       Lydia Marcelo